Luna Review: un cuento de hadas de papel de realidad virtual

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Luna Review: un cuento de hadas de papel de realidad virtual

El Independent Games Festival siempre ha sido un evento dedicado a los títulos experimentales, fuera de la caja, desarrollados por equipos que nunca han tenido miedo de proponer creaciones particulares, o de difícil acercamiento para el gran público.
Como finalista en el evento de este año, en este dualismo Luna se sitúa en el medio: un cuento de hadas con protagonistas animales, con un mensaje subyacente a veces ecológico, utilizable tanto en Realidad virtual que en una pantalla tradicional.
No es un producto convencional, por lo tanto, sino uno que pueda ser apreciado por aquellos que buscan experiencias particulares y cuidadosamente desarrolladas.

Luna llena, luna vacía

El protagonista de Luna es un pájaro, dormido en su nido en una noche sin estrellas, caracterizada por la presencia de una luna parcial, casi filiforme pero muy brillante. Seremos testigos de su abrupto despertar, provocado por la llegada de un búho imponente y amenazador: con su inconfundible verso romperá el equilibrio de tranquilidad que caracteriza el entorno del árbol en el que el pájaro ha construido su casa, sancionando el inicio de un viaje real a un mundo oscuro pero esperanzador.
Cada escenario es, en efecto, un diorama circular en el que, al menos inicialmente, somos meros espectadores. Un espectáculo encantador, sobre todo si participamos en la historia en Realidad Virtual, ya que podremos acercarnos a cada elemento de la escena para observar cada pequeño detalle.
Echando un vistazo a nuestras manos notaremos la presencia de unos arbustos verdes, que se moverán según la presión que ejerzamos sobre las teclas del mango de los mandos Vive u Oculus Touch, permitiéndonos así interactuar con los entornos.
Sin embargo, estas son acciones mínimas: Luna es un título en el que la observación se hace cargo del juego, gracias a una dirección artística remotamente inspirada en el estilo del papel de Tearaway pero que lo evoluciona en una dirección diferente, más personal aunque menos apta para todos.
En cada escenario tendremos la oportunidad de resolver sencillos puzzles basados ​​en la alineación de las estrellas, mucho más satisfactorio en realidad virtual gracias a la percepción de profundidad, o puzzles con fondo musical, durante los cuales tendremos que reproducir los cantos del pájaro protagonista jugando sobre flores, ramas y arbustos.
Nuestra verdadera tarea seguirá siendo devolver la vegetación a los diversos lugares que podremos visitar, a menudo atravesados ​​por arroyos y lagos, pero aún áridos y un poco desnudos.

Gracias a una interfaz bastante intuitiva podemos plantar árboles y vegetación de diversa índole a nuestro antojo, devolviendo a esos lugares a los animales que alguna vez vivieron felices y se vieron obligados a migrar debido al empobrecimiento de la tierra.
Los diferentes dioramas están cuidados en cada detalle y frecuentemente nos daremos el gusto de observar a los peces nadando bajo la superficie del agua en medio de nenúfares o un gigantesco sauce llorón de largas ramas movidas por el viento, lo que aumenta la importancia de observación como interacción, especialmente en Realidad Virtual.